Un celiaco en apuros

Ser un celiaco en apuros es algo común, al menos cuando se le acaba de diagnosticar la enfermedad. Todavía recuerdo cuando nos dijeron que nuestro hijo era celiaco.- ¿Qué es qué? le pregunte al médico, y él me explico que era una intolerancia al gluten y que no podía ingerir ningún alimento que tuviera esa proteína, que se encontraba en algunos cereales (trigo, avena, centeno y cebada).

El médico había dicho palabras que no me sonaban de nada: celiaco, gluten, gliadina. Pero bueno en fin ya sabía lo que tenía mi hijo y mi primera impresión a parte de estar un poco confuso, fue de que no sería tan difícil hacer una dieta sin esos cereales, que craso error, entonces me explica que el gluten no solo se encontraba en el pan y en los pasteles, si no que estaba presente en casi todos los alimentos manufacturados.- ¿Pero cómo es posible? Al explicármelo me enfadé en el momento con toda la industria alimentaria.

Más adelante cuando me dijo que había productos especiales para personas celiacas me fui tranquilizando, hasta que me dijo que costaban mucho más que los productos con gluten. Pero bueno ¿supongo que si la única medicina de mi hijo es la dieta sin gluten estará subvencionada como el resto de los medicamentos para otras patologías? – No que va, me contestó.

Esto cada vez se iba poniendo peor. Y para rematar fue su respuesta al preguntarle que cuanto tiempo tenía que estar haciendo la dieta, “de por vida”. No salía de mi asombro.

En fin salí de la consulta aturdido, preocupado y un poco cabreado con la vida a pesar de que me había dicho el doctor que siguiendo la dieta mi hijo llevaría una vida totalmente normal.

De todo esto ya han pasado tres años y mi hijo efectivamente está estupendo y a mí me han diagnosticado también que soy celiaco, aunque ya me lo imaginaba cuando me iba enterando de los síntomas de esta enfermedad y todas las cosas que yo sentía en mi cuerpo desde hacía muchos años, y que los médicos después de hacerme un montón de pruebas me dijeran que tenia síndrome de colon irritable para librarse de mi pues no sabían que es lo que me pasaba en realidad.
Así que a todo el que lea esto, tanto acabe de ser diagnosticado o por el contrario lleve muchos años con esta incomoda compañera que es la celiaquía, decirle que hay cosas peores (a mi me lo habrán dicho cientos de veces) y que todavía los celiacos tenemos muchas cosas por las que luchar: El precio de los alimentos sin gluten, sitios donde poder salir a comer con seguridad, subvención de nuestra dieta por parte de las administraciones, mejora en el diagnóstico, medicinas con gluten, comedores escolares…
Debemos ser solidarios y tenemos que colaborar con las asociaciones, pues queda mucho por hacer y son estas asociaciones las que están trabajando para conseguir cosas que si preguntamos a un celiaco que fuera diagnosticado hace 20 años le parecen casi imposibles, pero repito no ha venido nadie a regalárnoslas. Recordemos que la unión hace la fuerza.
Sería positivo pensar en que hubiera pasado si cuando nos fue diagnosticada la celiaquía no hubiera estado la asociación para enseñarnos y guiarnos en algo que a la mayoría nos pareció muy complicado en un principio, pues bien todos los años se diagnostican nuevos casos y lógicamente hay nuevos celiacos en apuros. Yo no me voy a quedar parado ¿Y tú?